En la editorial pasada, celebrábamos la firma de los tratados de amistad y reconocimeinto con Grandes Orientes en Europa, acción que representa la voluntad de la masonería universal de estrechar lazos y vínculos entre hermanos de distintas latitudes a lo largo y ancho del mundo.
En esta ocasión, resaltamos la invitación que el Grande Oriente de São Paulo le realizó a nuestra casa, la Gran Logia de la Ciudad de México (GLCM) para festejar su 100 aniversario. Nuestro Muy Respetable Gran Maestro acudió a la cita, donde se presentó la oportunidad de firmar dos tratados de amistad y reconocimiento con el Grande Oriente do Espiritu Santo y la Corporación Masónica de Bahia.
En asuntos internos, el día domingo 10 de septiembre, tendrá lugar la Kermés Patria de la Gran Logia de la Ciudad de México. Será la primera actividad de esta naturaleza desde hace 4 años, siendo la útlima en 2019. Esta actividad se caracteriza por ser emblema de la Gran Logia. En esta ocasión, como en ocasiones anteriores, tiene como objetivo una acción filantrópica. Se busca adquirir y donar sillas de ruedas en el Hospital General. Además, es la oportunidad ideal para que los hermanos de todas las logias de la GLCM convivan en armonía dentro de un ambiente más informal, pero siempre guardando la fraternidad que nos caracteriza, dentro y fuera de los templos.
Entonces mano con mano estrechen
que con firmeza uno por otro soporten
Siendo felices, con fulgurante rostro dulzón
Ningún mortal presume de un brindis tan noble
Como un libre y aceptado masón.– Cántico del aprendiz
Gran Comisión de Difusión
difusionglcm@gmail.com
Cuando era Rey sabio y Maestro de oficio,
imaginé un palacio de mi gloria y rango.
Cavé cimientos y apareció otro edificio,
ruinoso y deslavazado bajo el fango.
Todo era basto en su obra sin arte ni esmero,
salvo epígrafe inscrito en cada bloque labrado:
“Detrás de mí vendrá un maestro obrero;
sabed que en su obra acabó mi legado”.
Derribé los muros y abatí las arcadas;
rehíce la hilada, el mortero y la cal.
Sin desprecio ni aprecio por las ruinas calladas,
tomaba a capricho el legado ancestral.
Pero entre aquella ceniza y mudo escombro,
derribado el pilar y su arquitrabe,
comprendí sólo entonces y con gran asombro
que en el sueño de aquel obrero reposaba la clave.
Siendo Rey orgulloso y de fe verdadera,
me llegó un mensaje de la noche arcana:
“No hay fin en la obra ni gloria postrera;
las torres de hoy son cimientos mañana”.
Dejé mi obra en manos del tiempo mensajero,
con un mensaje grabado en el sillar truncado:
“Detrás de mi vendrá un maestro obrero;
sabed que en su obra acabó mi legado”.
Notas:
Texto original de Las Cinco Naciones. Versión de: https://es.paperblog.com/el-palacio-de-kipling-768047/
Versión en inglés: https://www.kiplingsociety.co.uk/poem/poems_palace.htm
SOBRE EL AUTOR
Rudyard Kipling fue un escritor británico y prominente masón, además de Premio Nobel de Literatura en 1907. Nació en la India en 1865 y después residió en el Reino Unido. Fue iniciado a los 20 años en la Logia «Esperanza y Perseverancia» No. 782. Es conocido por su popular obra “El libro de la selva”. Kipling solía plasmar, en repetidas obras, parte del simbolismo y las enseñanzas de la orden, el presente texto es una gran muestra de ello.
Desde la edición pasada del Heraldo Masónico a la presente edición, la Gran Logia de la Ciudad de México (GLCM) tuvo a bien celebrar tres importantes hechos en beneficio de la fraternidad masónica. Estos fueron: la Gran Asamblea Ordinaria de la Gran Logia, el XIII Aniversario y la visita diplomática a la Gran Logia de Austria con motivo de su solsticio de verano.
La Gran Asamblea Ordinaria fue el momento de reunión de los representantes de las logias jurisdiccionadas a la GLCM para el despacho de los asuntos regulares de la orden: rendición de informes, propuestas de reformas internas, entre otras. Esta asamblea se celebró con mucha fraternidad, orden, paz y armonía.
Además, se festejó el XIII aniversario de la Gran Logia, evento que no se había llevado a cabo desde antes de la pandemia por COVID-19. En dicho evento, los hermanos pudieron reunirse en un ambiente afectuoso con hermanos de otras logias y con familiares y amigos.
Finalmente, una delegación de la GLCM, encabezada por el Muy Respetable Gran Maestro, el Diputado Gran Maestro y el Gran Canciller, se dirigió a Viena, Austria para encontrarse con hermanos de distintas partes del mundo y celebrar el solsticio de verano. En dicha ocasión se dio la oportunidad de firmar reconocimientos de paz y amistad con otras Grandes Logias. Este fue un mes muy fructífero para cultivar la fraternidad dentro y fuera de la GLCM.
El pasado mes de junio lo dedicamos al verano, por su componente simbólico y muy especial para la francmasonería. En dicha edición mencionamos que, al estar el sol en su punto más alto, será momento para redoblar esfuerzos y encaminarlos a fortalecer las columnas de la orden. La Gran Logia de la Ciudad de México continúa manos a la obra para fortalecer la fraternidad al interior de sus filas, sin perder de vista el exterior.
Pradial, o Pradera, era el mes del calendario republicano francés que establecía el puente estacional entre la primavera y el verano. Fabre d’Églantine, el poeta e integrante de la comisión responsable de la nomenclatura del calendario, describía este tiempo como: «La fecundidad risueña y la recolección de las praderas de mayo en junio.»
Escribimos esta publicación en este periodo del año, durante el tránsito entre la primavera y el verano, cuando la hierba verdea y las praderas se llenan de flores. Y esta imagen nos ilustra una bella alegoría:
El año anterior, la orden salió del ocaso de la pandemia, como el invierno cuando llega a su fin después de las heladas noches y las hojas resecas; en eso entra la ansiada primavera para reconfortarnos con su calidez Ahora nos preparamos para el verano, recordando que, durante su solsticio, el sol se encontrará en su punto más alto en el cielo respecto a su posición en todo el año.
La fecundidad risueña y la recolección de las praderas de mayo en junio.
Sirva esta alegoría para indicarnos que es momento de trabajar más arduamente en reverdecer el frondoso árbol de la francmasonería. Además, nos corresponderá aprovechar del viento en favor para continuar y persistir en la edificación de la digna obra de la orden masónica, con una mayor esperanza y entusiasmo.
En otras noticias, este próximo 24 de junio tendremos la dicha de festejar la fraternidad. La Ceremonia del XIII Aniversario de la Gran Logia de la Ciudad de México (GLCM) será la ocasión perfecta para convivir en armonía e invitar a nuestra familia y seres queridos. Después de cuatro años sin celebrar propiamente el aniversario de la GLCM, nos reuniremos para festejar y compartir algo más que el pan y la sal: la alegría de vivir en hermandad.
Gran Comisión de Difusión y Editorial
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