En su sentido práctico, la Gran Logia de la Ciudad de México (GLCM) rige su actividad orgánica, administrativa, ritualística, judicial y electoral en “Estatutos de Operación” (sujetos a la Constitución de la GLCM), los cuales permiten un manejo técnico y dinámico, otorgando autonomía operativa y al mismo tiempo estipulando con detalle, las obligaciones específicas de todos los involucrados en beneficio de la vida armónica de la Gran Logia.
La Constitución de la GLCM es un documento de ordenanzas generales (de solamente 32 artículos contenidos en 14 páginas media carta) y de este se derivan varios Estatutos, que comprenden todos los aspectos normativos específicos, de tal forma que la Constitución no esté sujeta a cambios frecuentes, sino a enmiendas de gran importancia, brindando claridad y estabilidad a toda la estructura de la obediencia.